Saturday 28 February 2009

LOUP IN RADIOHEAD PARTY MEXICO

Hello Friends Les comento que el sábado 7 de marzo es el radiohead party y allí estaremos con nuestro precioso librito o fucking book - según my mental state - LOUP TRADUCIENDO RADIOHEAD edición mexicana Stonehenge Books The party is in Mexico City- Foro Cultural Hilvana Colima 378 Colonia Condesa wow!! I love la Condesa because im a Lady ¡! hahajjaa ¡!! Les explico cómo llegar al radiohead party sin mandarse una perdida: - meeting point: a tres cuadras del metro Sevilla Línea Rosa - Lamentablemente todos mis amiguitos del Waste menores de edad se quedan afuera – a quien se le ocurrió hacer el radiohead party solo para mayores de 18 años ¿???? o acaso el tributo termine igual que el Grammy After Party ¿? donde Thom acabó bailando desnudo, bien puesto y cruzado, con sus cuates & friends en una piscina. Take it easy Girls ¡!! El radiohead party es un tributo no una fiesta salvaje Las bandas que tributan son: The Exils, Rotten, Drill y Photogram More information TRIBUTO RADIOHEAD http://www.myspace.com/radioheadmx More information LOUP TRADUCIENDO RADIOHEAD http://www.samsaraeditorial.com/

Thursday 19 February 2009

RADIOHEAD OJO DE AGUA MX 1994

LOUP TRADUCIENDO RADIOHEAD/STONEHENGE BOOKS/ MEXICO EDITION

Queridos friends:

Finalmente, estamos publicando LOUP TRADUCIENDO RADIOHEAD en STONEHENGE BOOKS – edición mexicana.

Y como estoy tan pero tan contenta ¡! happy girl ¡! quiero compartir con uds “my amazing experience” de ver por primera vez en mi vida a RADIOHEAD.

A continuación posteo mi testimonio: RADIOHEAD/OJO DE AGUA/MEXICO 1994

Están cerrando el Museo de Antropología pero me demoro unos minutos en la sala Oaxaca, observando extasiada la copa del colibrí, una delicada vasija de cerámica en donde antiguamente bebía el pueblo de las nubes.

Cuando salgo al parque ya se ha hecho de noche. El cielo parece de cemento y una llovizna pastosa acentúa aún más el verde ceniciento de la arboleda. Camino rápido rumbo a la estación Chapultepec. Temo darme nuevamente una perdida en ciudad de México. Ingreso al metro, estoy cansada, el ambiente está denso, hay mucha gente, cuerpo contra cuerpo, nadie se mira. Todos tienen miedo.

Más tarde me reúno con mis amigos porque planeamos lanzarnos al amanecer por la carretera México Pachuca rumbo a las grutas. Me prometen que la experiencia con los hongos es fabulosa, el camino desértico y que desde las montañas brotan fuentes de aguas purificadoras.

Viajamos muchas horas hasta llegar a una zona de bosques, acampamos cerca de un arroyo. Mientras el frasco de jalea con los extraños hongos pasa de mano en mano, un amigo ensaya en la guitarra un tema de Nirvana. Más tarde, nos bañamos en una cascada fosforescente pero yo estoy asustada.

Retomamos el camino y al atardecer entramos a un pueblo. Nos esperaban en una cabaña y allí me entero que no soy la única extranjera recién llegada a Ojo de Agua. Me cuentan que hace unas horas también llegó una banda británica y me preguntan si los conozco. Pero la verdad es que en 1994 no escuchaba a Radiohead, podría decirse que casi ni los conocía.

La noche nos encuentra entre cantinas y bares. A tiros de tequila y botellas de cerveza matábamos el tiempo antes del show. Tengo la impresión que todos me miran e intento en vano tranquilizarme pensando que no soy la única inglesa en el lugar. Quiero volver a la cabaña pero no me animo a caminar sola. Decido seguir junto a mis amigos, no importa adonde vayan.

Cuando llegamos, el show ya había empezado. El lugar era sórdido, íntimo y asfixiante. La gente se apretujaba junto al escenario y no daba la impresión de que conociesen demasiado a la banda. Yo observaba, intuyendo la extrañeza de la escena. A medida que el show avanzaba, la música iba cobrando intensidad. Y si en los primeros temas todavía me permitía unos instantes de distracción, luego ya no me fue posible mantener el control. En algún momento quedé totalmente capturada: Radiohead sonaba crudo.

Me acerqué y vi de frente la colosal presencia de Ed O´Brien dominándolo todo. Un poco más atrás, entre los bafles, Colin Greenwood parecía disfrutar tocando el bajo. A Phil Selway no lograba verlo bien pero su dramática batería marcaba el ritmo con perturbadora discreción. En el rincón derecho, Jonny Greenwood aferrado a la guitarra experimentaba con teclados y escondía la cara bajo su negra melena. Y en medio, dando vueltas psicóticas por el escenario, Thom Yorke cantaba Creep haciendo aullar al público.

En aquella legendaria performance de Creep, Thom todavía conservaba la furia adolescente. En aquella legendaria performance de Creep, Thom reclamaba con la urgencia del amante. En aquella legendaria performance de Creep, Thom parecía un Romeo despechado.

La canción terminó pero el griterío no cesaba. El público enardecido pedía que la volvieran a tocar. Finalmente y después de una larga espera Thom salió a escena. Parecía harto de todo, decidido a desquiciar el morbo de sus fans. Si el patetismo confesional de la primera versión nos había conmocionado, ahora el bis sería tan bizarro como un karaoke.

De pronto, miró rabioso al público, se adelantó hasta el borde del escenario y una sucia luz mostaza le cayó sobre el cuerpo transpirado. Ocultaba una mano entre sus piernas y con la otra se levantaba la camiseta de un modo tan obsceno como maníaco.

Permanecía quieto, con la espalda doblada, gozando el rechazo sexual en medio de súplicas e insultos. Estaba asustado y jadeaba como un animal en celo.

Mientras tanto, la esquelética silueta de Jonny Greenwood se movía frenéticamente y tocando la guitarra con un brazo lesionado desgarraba la canción a golpes de acordes muertos.

Entonces, la sala explotó y Thom por fin se sintió integrado.

Aquella primera vez que vi a Radiohead en México fue decisiva. Todavía hoy, tantos años después, no logro comprender del todo qué fue lo que pasó. Lo único que puedo afirmar es aquella legendaria performance me provocó una potente interpelación psíquica como si la mente perturbada de Thom Yorke me contagiara su espantosa lucidez, su siniestra belleza, su honestidad emocional.

No deja tampoco de inquietarme que una vez más el sincrodestino trace el recorrido y que nuestra publicación mexicana de LOUP TRADUCIENDO RADIOHEAD en Stonehenge Books, coincida con el retorno de Radiohead a México. Es como si el tiempo no hubiese pasado, como si yo todavía estuviese allí, junto al escenario, viendo la performance en Ojo de Agua.

La misteriosa conexión se instaló y ya nunca más pude parar. Una nueva adicción se agregó a mi larga lista de excesos. Radiohead colonizó mi psiquis y empezó a provocar una compulsión por la escritura. En parte así surgió LOUP TRADUCIENDO RADIOHEAD.

Ahora lo estamos publicando en México, gracias a la valentía de Hamlet, el espectral editor de Stonehenge Books. Totalmente convencido de que el espíritu de Edgar Alan Poe lo guía, Hamlet se entrega al vicio supremo de la literatura y cobra coraje vaciando copas de ajenjo para animarse a encarar la delirante empresa de publicar este libro.

Como siempre hemos contado con el estilo inigualable de Roger Dean Disciple, quien diseñó un arte de tapa tan vintage que el libro parece sacado de la sección de cuentos de hadas victorianos de la British Library. Además, esta vez, el don de las Hadas de Avalon ha dejado su sutil encantamiento en algunas de las páginas.

Realmente yo estoy super contenta porque el librito quedó precioso ¡!!

En fin, mis queridos friends, LOUP TRADUCIENDO RADIOHEAD está a la venta en las librerías mexicanas y la verdad es que me encantaría que lo lean. Para más información sobre el libro:



les dejo un par de videos de Radiohead en Mexico 1994